jueves, 18 de diciembre de 2014

BIOGRAFIA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


(Aracataca, Colombia, 1928 - México D.F., 2014) Novelista colombiano. Afincado desde muy joven en la capital de Colombia, Gabriel García Márquez estudió derecho y periodismo en la universidad Nacional e inició sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador.
A los veintisiete años publicó su primera novela, La hojarasca, en la que ya apuntaba los rasgos más característicos de su obra de ficción, llena de desbordante fantasía. A partir de esta primera obra, su narrativa entroncó con la tradición literaria hispanoamericana, al tiempo que hallaba en algunos creadores estadounidenses, sobre todo en William Faulkner, nuevas fórmulas expresivas.
Comprometido con los movimientos de izquierda, Gabriel García Márquez siguió de cerca la insurrección guerrillera cubana hasta su triunfo en 1959. Amigo de Fidel Castro, participó por entonces en la fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba. Tras la publicación de dos nuevos libros de ficción, en 1965 fue galardonado en su país con el Premio Nacional.
Sólo dos años después, y al cabo de no pocas vicisitudes con diversos editores, García Márquez logró que una editorial argentina le publicase la que constituye su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, Cien años de soledad.
La obra, en la que trabajó más de veinte años, recrea a través de la saga familiar de los Buendía la peripecia histórica de Macondo, pueblo imaginario que es el trasunto de su propio pueblo natal y, al mismo tiempo, de su país y su continente. De perfecta estructura circular, el relato alza un mundo propio, recreación mítica del mundo real de Latinoamérica, de un modo que ha venido a llamarse «realismo mágico» por el encuentro constante de elementos realistas con apariciones y circunstancias fantasiosas. Esta fórmula narrativa entronca con la tradición literaria latinoamericana, iniciada con las crónicas de los conquistadores, plagadas también de leyendas y elementos sobrenaturales originados por el profundo choque entre el mundo conocido y la cultura de los españoles que emigraban y la exuberante y extraña presencia del continente latinoamericano.

Gabriel García Márquez
Tras una temporada en París, en 1969 se instaló en Barcelona, donde entabló amistad con intelectuales españoles, como Carlos Barral, y sudamericanos, como Vargas Llosa. Su estancia allí fue decisiva para la concreción de lo que se conoció como el boom de la literatura hispanoamericana, del que fue uno de sus mayores representantes.
En 1972 Gabriel García Márquez obtuvo el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, y pocos años más tarde regresó a América Latina para residir alternativamente en Cartagena de Indias y Ciudad de México, debido sobre todo a la inestabilidad política de su país.
Su prestigio literario, que en 1982 le valió el Premio Nobel de Literatura, le confirió autoridad para hacer oír su voz sobre la vida política y social colombiana. Su actividad como periodista quedó reflejada en Textos costeños (1981) y Entre cachacos (1983), compendios de artículos publicados en la prensa escrita, y en Noticia de un secuestro, amplio reportaje novelado editado en 1996 que trata de la dramática peripecia de nueve periodistas secuestrados por orden del narcotraficante Pablo Escobar. Relato de un náufrago, reportaje sobre un caso real publicado en forma de novela en 1968, constituye un brillante ejemplo de «nuevo realismo» y reflejó su capacidad para cambiar de registro.
En cine intervino en la redacción de numerosos guiones, a veces adaptaciones de sus propias obras, y desde 1985 compartió, con el cineasta argentino Fernando Birri, la dirección de la Escuela Internacional de Cine de La Habana. Falleció en la ciudad de México en 2014, tras una recaíada en el cáncer linfático que le había sido diagnosticado en 1999.

BIOGRAFÍA DE SIMÓN BOLÍVAR

Simón Bolívar

(Llamado el Libertador; Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830) Caudillo de la independencia hispanoamericana. Nacido en una familia de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt.
Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 se juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.

Simón Bolívar
En 1810, aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el ejército francés, se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela, dirigida por Francisco de Miranda. El fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).
En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país.
Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó el territorio de la Audiencia de Quito (actual Ecuador) en unión de Antonio José de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran caudillo del movimiento independentista, José de San Martín, que había liberado Argentina y Chile, para ver la forma de cooperar en la liberación del Perú. Ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones políticas (pues San Martín se inclinaba por crear regímenes monárquicos encabezados por príncipes europeos), desistiendo San Martín de entablar una lucha por el poder (poco después se marcharía a Europa) y dejando el campo libre a Bolívar.
Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último bastión del continente en el que resistían los españoles, aprovechando las disensiones internas de los rebeldes del país (1823). En 1824 obtuvo la más decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia).
Bolívar, presidente ya de Colombia (1819-30), lo fue también de Perú (1824-26) y de Bolivia (1825-26), implantando en estas dos últimas Repúblicas un modelo constitucional llamado «monocrático», con un presidente vitalicio y hereditario. Sin embargo, los éxitos militares de Bolívar no fueron acompañados por logros políticos comparables. Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial despertó muchas reticencias; y el ambicioso proyecto de una gran Hispanoamérica unida chocó con los sentimientos particularistas de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales del imperio español, cuyas oligarquías locales acabaron buscando la independencia política por separado.

BIOGRAFÍA DE ROBERTO GÓMEZ BOLAÑOS

Escritor, publicista, dibujante, compositor de música y letra de canciones populares, actor, director, productor y padre de seis hijos.
Chespirito es una forma castellanizada del vocablo inglés: Shakespeare. Dicho apodo se lo impuso el director de cine Agustín P. Delgado, quién consideraba a Roberto Gómez Bolaños un pequeño Shakespeare (estatura física de Gómez Bolaños: 1.60 m.).
Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, nació el 21 de Febrero de 1929 en la Ciudad de México, D.F.. Su madre fue Elsa Bolaños-Cacho Aguilar y su padre, Francisco Gómez Linares. Gómez Linares fue pintor, dibujante e ilustrador de diversos diarios de su tiempo. Hizo, entre otras cosas, las portadas de las revistas: “El Universal Ilustrado” y “Continental”; ilustraba con ricos grabados o dibujos a tinta, las crónicas de Martín Luis Guzmán. Gómez Linares también fue el retratista más cotizado de la década de los 20’s.
Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, estudió Ingeniería pero nunca ejerció. Al igual que Borges o De Quincey, Gómez Bolaños supo, desde antes de escribir, que había nacido para las letras; y estaría a discusión su calidad literaria entre los intelectuales, pero millones de personas durante cuatro generaciones se suman a mi voz para agradecer el que “Chespirito” dejara la electricidad y la mecánica de lado (aunque también es algo creativo), para dedicarse a divertir a millones de personas. Así pues, “Chespirito” se inició como creativo el la publicitaria D’Arcy, cuando tenía 22 años.
A partir de la segunda mitad de la década de los 50’s, la actividad de Gómez Bolaños como guionista fue muy intensa, bien fuera escribiendo para radio, programas de televisión o guiones para cine. Durante 10 años alimentó con sus libretos el exitoso programa semanal: “Cómicos y Canciones”. Entre 1960 y 1965, dos programas se disputaban el primero y el segundo lugar de audiencia en la televisión mexicana, y ambos los escribía “Chespirito”; ellos son: “Estudio de Pedro Vargas” y el ya mencionado “Cómicos y Canciones”.
En 1966 el actor Mario Moreno “Cantinflas” eligió los guiones de Gómez Bolaños para una serie que debería llamarse “El Estudio de Cantinflas”. Finalmente el patrocinador (Cigarrera La Moderna) canceló el proyecto dadas las altas pretensiones del famoso comediante.
A finales de 1968, Gómez Bolaños se contrató con la recién inaugurada televisora TIM con la feliz oferta de usar a su antojo un espacio de media hora cada sábado por la tarde. Así nacieron series como: “Los Supergenios de la Mesa Cuadrada” y “El Ciudadano Gómez”. Simultáneamente nacía la carrera de actor para “Chespirito”.
En 1970 la televisora extendió el tiempo de transmisión a una hora y fue programada en lunes a las 8:00 P.M.; entonces la serie se llamó: “Chespirito”, donde se incluían diferentes sketches, de tal suerte que vimos nacer en ese espacio al personaje de “El Chapulín Colorado” y un año después al “Chavo del Ocho”. Ambos personajes tuvieron tal arraigo en el público, que la televisora decidió darles la característica de serie con un día especial de la semana para cada uno, en media hora de transmisión y con horario estelar.
“El Chapulín Colorado” y “El Chavo del Ocho” abrieron las puertas del mercado internacional a la televisión mexicana. En 1973 ambos programas se transmitían en casi toda América Latina y en todos los países, su popularidad los colocaba en el primer lugar de rating. Por supuesto para 1975 los niveles de audiencia de las series de Chespirito en México, oscilaban entre los 55 y 60 puntos de rating.
Para 1984 el programa volvió a ser de una hora de transmisión los lunes a las ocho de la noche, con el nombre de “Chespirito”; para ese entonces, Chespirito era ya una institución y lo siguió siendo. Por 25 años ininterrumpidamente, cada lunes a las ocho, Chespirito estaba en casi todos los hogares mexicanos.
Actualmente la serie se sigue transmitiendo en toda América Latina y en España, con su audio original, pero también es transmitida con diferentes doblajes a otros muchos idiomas en más de diez países; de tal suerte que el programa Chespirito puede ser visto tanto en Brasil como en Angola. Por esa razón, tal vez, Homero, el personaje de la serie “Los Simpsons”, incluye entre sus personajes favoritos al “Chapulín Colorado”.
En 1978 Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” produjo, escribió y actuó la película “El Chanfle”, misma que rompió todos los récords de taquilla existentes hasta esa fecha en México.
Gómez Bolaños también ha compuesto para Cine ó Telenovelas, así como una comedia musical llamada “Títere”. Tiene, además, en su archivo teatral seis obras mas.
Actualmente Gómez Bolaños interpreta en teatro la obra de su autoría “11 y 12″. Dicha obra es un récord más en su haber, ya que desde 1992, fecha en que fuera estrenada, permanece aún en cartelera en la ciudad de México en el mismo teatro. Ininterrumpidamente de jueves a domingo desde hace seis años, “11 y 12″ es también una institución.
Es común que un cantante de rock llene un estadio de fútbol, tal es el caso de Tina Turner, Sting, Madonna, etc.; pero no es común que un comediante y su grupo consigan lo mismo con un espectáculo dramatizado:
En 1977, el Show de Chespirito llenó dos veces en el mismo domingo el estadio de fútbol de Santiago de Chile, cuyo cupo es de 80,000 personas. En Buenos Aires, Argentina, en el Auditorio Luna Park con un cupo de 25,000 personas, Chespirito dio catorce funciones consecutivas con llenos totales. En la ciudad de Nueva York, en el Madison Square Garden, un espectáculo latino sorprende con dos llenos hasta los topes en un solo domingo del años de 1983: “El Show de Chespirito”. La Quinta Vergara obtiene grandes llenos únicamente durante el Festival de la Canción de Viña del Mar, donde se dan cita múltiples personalidades de espectáculo; sin embargo, en 1977 tuvieron sobrecupo con las funciones del “Show de Chespirito”….
Se calcula que en 43 años de escribir, Chespirito ha acumulado algo así como 60,000 cuartillas en limpio (no cuento lo que un creativo tira, corrige y por ende, repite): Lo anterior equivale a 2,400,000 líneas y aproximadamente serían 168,000,000 de letras.
Existen muchos récords de Chespirito dignos de ser registrados, pero el más valioso, el más grande de sus logros, es el que sería el ideal que todo ser humano persigue y la meta por muchos no alcanzada: Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, es un buen hombre.

lunes, 15 de diciembre de 2014

HISTORIA DE FOSCA CUMDINAMARCA

ORIGEN
Existen varias versiones sobre el origen de su nombre: Una que Fosca en Chibcha quiere decir fortaleza de zorra, de Fo, zorra, y Cu, fortaleza con S intermedia. Otra es que Fosca se deriva de la palabra "Foscum" que significa "tierra enmarañada", "Bosque donde vierte agua", y también "La Fortaleza de la zorra". Según alguien del pueblo otro origen de la palabra Fosca puede ser italiano, dice que en la Isla de Torcello(Italia) hay una Iglesia erigida a nombre de Santa Fosca, una santa que los Romanos sacrificaron por el año 800. Puede ser que algún Italiano llegó hasta Fosca y dejó abandonado en alguna parte su San Antonio, que luego alguien lo encontró y lo llevó para el sitio que actualmente es la cabecera municipal, dando origen a la fundación del Pueblo.

FUNDACION

Los primitivos pobladores fueron los Maus y Macos y los Guapis o Buchipas en cuyas tierras los Chibchas mantenían una guarnición de Guechas para vigilar sus fronteras.
El descubridor de estas tierras fue el Capitan Pedro de Limpias, quien llegó en 1539 procedente de los llanos de San Juan u Orientales. 
El pueblo aborigen estaba situado en sitio llamado "Placitas" al sureste del actual en la parte alta de las riberas del Sáname. 
El 5 de febrero de 1627 el Oídor Juan de Valcárcel, quien no encontró propició el lugar que habitaban los indios lo trasladó a un sitio sobre el río Sáname, donde los pobló y fundó el pueblo de los indios de San Antonio de Fosca. 
En el libro octavo de bautismos de la parroquia, primero se encuentra la más antigua partida data de 1664, firmada por Pedro García de Fiqueroa. El 17 de diciembre de 1755 la Junta General de Tribunales de Audiencia dispuso la extinción del pueblo de Fosca y su agregación al más inmediato. 
En la visita del Oídor Aróstequi y Escoto, el Censo que hizo de los indios resultaron 136 en total y 250 blancos en 52 familias. 
En la diligencia de Moreno y Escandón de 5 de enero de 1779 los indios habían disminuído a la cantidad de 120 y en cambio los vecinos estaban aumentados en 72 cabezas de familia con 359 almas. 
Tal hecho significaba la inmediata extinción del pueblo indio y la fundación de una nueva Parroquia de Blancos. No se encuentra constancia de la fundación de la Parroquia de Blancos en el sitio que actualmente ocupa el poblado de Fosca, que debió ocurrir a finales del siglo XVIII. 
El nuevo poblado vino a fundarse entre 1779 y 1789. La construcción de la Iglesia comenzó hacia 1815 por el Cura Benjamín Peña, quien trajo al maestro de obra Antonio Camargo de Une, se hizo a un lado de la antigua, la segunda que era de tapia pisada y torre de espadaña, demolida hacia 1940, en cuyo lugar se edificó el colegio Parroquial. 
Hechos Notables: El 18 de enero de 1744 el Cura Vicario D. Salvador de Urquiza dió poder al Procurador Hipólito de la Barrera para gestionar la reconstrucción de la iglesia, destruída en el terremoto del año anterior. En el cerro El Herrero se adjudicó en 1889 una mina de galena argentífera o Lisímaco Palau y al poeta José María Rivas Groot.

LOS PANCHES

Muchos de los pueblos próximos a Ubaque son pueblos de frontera del territorio muisca por lo tanto poseían "guechas"; de la misma manera, es preciso recordar que los caciques de los pueblos de frontera recibían la denominación o apelativo de Usaque.
¿Quiénes eran los guechas? El padre Simón refiriéndose a los panches -acérrimos enemigos de los muiscas-, advierte que "Por ser belicosos..., tenía el Bogotá en los pueblos de las fronteras de los panches, que eran FOSCA, Tibacuy y Ciénaga, ciertos indios que llamaban guechas: hombres de grandes cuerpos, valientes, sueltos, determinados y vigilantes, a quienes les pagaban sueldo, plazas aventajadas, por mejores soldados. Estos andaban siempre trasquilado el cabello, horadadas las narices y labios, y a la redonda de todo el circuito de las orejas atravesados por otros agujeros que de los labios y narices eran también para poner de los mismos, pero aquí no se los ponían hasta que iban matando indios panches, de manera que cuantos indios mataban, tantos canutillos de oro fino se colgaban de las narices y labios. (Simón: 1981: III: 213); según prosigue Simón estos guerreros eran buscados por todo el reino y llevados ante el Bogotá para instruirlos en sus quehaceres y enviarlos a las guerras con los panches donde podían demostrar sus habilidades y según su desempeño les reconocía en muchas ocasiones como caciques de los pueblos donde no había heredero legítimo.
Alcedo se refiere a los guechas como al "nombre de un cuerpo de tropas de infantería que tenían los zipas de Bogotá..., era tropa escogida, porque se elegían entre los más robustos... esta milicia era la de más confianza que tenían aquellos príncipes" (Alcedo: 1787: 2: 335).
¿Quiénes eran los usaques? De igual manera, al hablar del cacique de Bogotá o Bogote Bsaque, Simón explica: "Este nombre Bsaque o Usaque es lo mismo que entre nosotros duque, el cual tienen también otros caciques del reino, en especial los que estaban en fronteras de sus enemigos, pero a este vocablo Usaque se añadía este Bogote, con que significaban mayor el cacique y señor de todos los demás usaques" (Simón: 1981: III: 156; Mantilla: 1986: 81). ¿Cuáles eran estos usaques dependientes de Bogotá? En algunos expedientes de pleitos sobre jurisdicción y posesión de tierras entre encomenderos e indios o entre indios se encuentra acompañado el nombre del cacique que es el mismo nombre del pueblo con el de Usaque esto sucede en los pueblos de Teusacá y Fómeque (AGN: Colonia: VC: 5: 663r); o en el de Susa (AGI. Sección Justicia: 618: 1430v). En el pleito por tierras entre Teusacá y Fómeque, Antonio o Teusacá Usaque señala que "los caciques e prencipalmente los usaques que teníamos fronteras las tierras calientes que entre el un pueblo y el otro había se repartían entre los dichos caciques y indios y es así que entre este pueblo y el de Fomeque-Usaque hay tierra caliente...".

LOS MUISCAS

A la llegada de los conquistadores españoles los muiscas habían alcanzado un alto nivel de organización sociopolítica, enmarcado en el concepto ampliamente difundido de cacicazgos, en donde los excedentes de producción se utilizaban para el sostenimiento de labores especializadas de tiempo completo en el campo político, económico y artesanal, y el poder político tenía un carácter permanente, heredado familiarmente (Hernández, 1978; Broadbent, 1964; Falchetti, Plazas, 1973; Reichel-Dolmatoff, 1986; Londoño, 1988, 1992; Langebaek, 1992).
La economía de los muiscas se sustentaba en la explotación microvertical de productos agrícolas (maíz, papa, cubios, ibias, chuguas, arracacha, batata, según el clima), cuya productivi-dad es considerada alta en virtud de las tierras tan fértiles y climatológi-camente privilegiadas. Lo producido en los cultivos era complementado mediante el intercam-bio con grupos vecinos de diferentes pisos térmicos, la domesticación de curí y quizá de patos; la cacería y mantenimiento en corrales de venado y otros animales de monte; la pesca y la recolección de crustáceos e insectos aportaban proteínas adicio-nales. 
La pobla-ción se encontraba dividida en varios estratos sociales, la alta jerar-quía habitaba en grandes casas rodeada de cercados. La vivienda muisca en sí poco se conoce por cuanto son escasas las excavacio-nes sistemáticas de sus yacimientos, pero se plantea la construc-ción de aterrazamientos y la elaboración de plantas de forma circular de aproximadamente 3-8 m de diámetro. Su vivienda era en casas de paja bajitas y pequeñas por causa del frío y la falta de leña (Rei-chel-Dolma-toff, 1986; Boada, 1987; Botiva, 1988).
Los cronistas describieron la vivienda de la siguiente manera (Fernández de Oviedo, 1979:125):
"Sus moradas son casas de madera, cubiertas de paja a dos aguas. Hay chicas, grandes y mayores, según la calidad del morador o señor de la casa, e las muy principales es cada una como un alcázar cercado y con muchos aposentos dentro y es cosa mucho de ver la pintura y polidos primores de los tales edificios, y los patios e otras particularidades".

Los matrimonios se realizaban, por lo general, entre miembros de diferentes bandos, aunque "no existía ninguna desaprobación en contra de matrimonios entre personas de la misma parte" (Broad-bent, 1964:33-34). Al analizar la organización social y política de los muiscas mediante el estudio de las fuentes escritas, François Correa (1999:16) concluyó que los muiscas se habían guiado por un sistema de clasificación social según el cual: a) Los grupos domésticos estarían constituidos por familias nucleares o complejas; b) Los grupos de filiación local se hallarían arreglados de manera que un conjunto de hermanos residirían cada uno con sus esposas e hijos en unidades domésticas próximas encabezadas por un ¨hermano mayor¨; c) Por fin, será legítimo que miembros de la misma unidad de filiación de la generación anterior, vale decir el citado ¨hermano de la madre¨ de quienes aquellos reciben sus derechos, formaron parte del grupo local de acuerdo con la regla de residencia avunculocal¨. Los muiscas se habrían organizado según el autor (Op. Cit.: 18), de acuerdo a una estructura que ¨distribuía el ejercicio político en el espacio de acuerdo con la relación entre unidades segmentarias emparentadas entre sí por vía materna¨. Los matrimonios eran poligínicos, pudiendo el novio tener tantas mujeres cuanta disponibilidad económica y social poseía, teniendo en cuenta que la alianza social se realizaba entre grupos sociales y no entre individuos. Los asentamientos eran tanto nucleados en pequeñas aldeas, como dispersos en casas aisladas integradas por grupos nucleares. No se ha confirmado la existencia del "Valle de los Alcázares" ni de palacios como lo describieron los cronistas del siglo XVI. 
El lugar de residencia de la familia era avunculocal (residencia en la comunidad del hermano de la madre), es decir, la residencia de los miembros de una misma línea vista en generaciones consecutivas se alternan, en donde una vez casada la hija, ella retornaría al grupo doméstico de donde pertenece su propia madre, mientras que los hijos varones permanecen con el padre (Correa, 1997). Este sistema genera una mayor movilidad de las mujeres, ya que proceden de diversos pueblos y nunca son originarias de la localidad del cónyuge, esperándose, por consiguiente, una disminución de la variación intergrupal y un incremento de la variación intragrupal para el sexo femenino, tal como se aprecia en sistemas matrilineales (Lane, Sublett, 1972; Rodríguez, 1992).
La unidad de la organización social muisca estaba constituida por las capitanías o parcialidades, grupos exógamos matrilineales a nivel intralocal, endógamos en sentido interlocal, cuyo poder lo heredaba el sobrino, hijo de la hermana del cacique, "[...] porque decían que con esto se aseguraría la conservación de la sangre noble, que entre ellos fue también estimada como en las demás naciones del mundo" (Simón, III: 195). En realidad, lo que se pretendía era garantizar el control del poder político en el seno de determinados linajes, que se mantenía mediante el intercambio de mujeres. Así, el cacique de Bogotá era sucedido en primer lugar por sobrino residente en Chía; el sucesor de Tunja provenía de Ramiriquí; el de Sogamoso era de Tobasía, Firavitoba o Coasa; el cacique de Cáqueza procedía de Fustoque o Chuquene, estableciendo de esta manera grupos locales alternativos para la sucesión de los cacicazgos. En tanto que, grupo doméstico, la unidad del linaje descansaba en la relación entre el hermano de la madre, las hijas de su hermana y los hijos de ésta; en cuanto grupo de descendencia local, la unidad de linaje reposaba en un conjunto de jefes de grupos domésticos relacionados por consanguinidad común que estaban regidos por un "hermano mayor" (Correa, 1997:10). Las unidades análogas estaban articuladas entre sí pues su existencia exigía de contrapartida para su propia reproducción en la filiación, matrimonio, residencia y sucesión. 
Según su jerarquía y magnitud se dividían en capitanías menores (uta) y mayores (sybyn). Un grupo de capitanías constituía una unidad mayor denominada por los españoles pueblo o cacicazgo. Los caciques estaban igualmente jerarquizados e influidos militar y políticamente, sometiéndose a confederaciones o reinos: Bacatá, al sur del altiplano; Hunza, al centro; Duitama y Sugamuxi al norte. Algunos pueblos mantenían su carácter independiente, como Moniquirá, Ráquira, Suta y Sorocotá. Por otro lado, los centros religiosos de Guatavita y Sogamoso ejercían un gran poder político en el mundo muisca.
Así, en la Relación de Tunja de 1610 se señala (Patiño, 1983:361):

"[...] las parcialidades de los indios, son capitanías en los pueblos; en algunos hay tres y cuatro y más capitanes, según la cantidad de gente; empero cacique no hay más de uno en general en cada pueblo; este es el señor principal y a quien todos los capitanes y demás indios reconocen y están sujetos [...] el dominio que los caciques solían tener antiguamente sobre los indios, era muy grande; pero ya se ha reducido a tan pequeño que ahora es ninguno[...] en lo que acuden a reconocer a sus caciques, es en hacerles sus sementeras y cogérselas [...]".

Era tal la sujeción de los indígenas por parte del cacique, "[...] que ninguno podía poner su manta pintada ni comer carne de venado ni matalle y si lo hacía era castigado gravísimamente, ni podía tener ni poseer oro ni traelle sin licencia de su cacique y señor [...]", refiriéndose al vedado de venados que poseían los grandes señores para su despensa (Patiño, 1983:65).
El Zipa, cacique de Bogotá, era el jefe principal de esa tierra, siendo respetado y obedecido por todos los demás caciques que le tenían como señor; también le respetaban algunos panches de la ciudad de Tocaima y algunos indios de los Llanos que le traían cada año sus tributos. El Zipa Sachanmachica inició las guerras de expansión, sometiendo a Fusagasugá y a su aliado Tibacuy, estableciendo allí guarniciones de guechas para salvaguardar su territorio. Su sucesor Nemequene continuó la expansión hacia las regiones de Ubaque y Guatavita - este último subordinaba Tocancipá, Suesca y Chocontá -, extendiendo sus dominios hacia el norte hasta el pueblo de Chocontá. Posteriormente, dominó a los caciques de Ubaté, Susa, Simijaca y Saboyá, incluida Tausa, sujeta a Ubaté (Falchetti, Plazas, 1973:41). De esta manera, a la llegada de los españoles de acuerdo a Ana María Falchetti y Clemencia Plazas (Op. cit.: 42) los dominios del Zipa cubrían los territorios de Saboyá al norte, frontera con los muzos; al nordeste hasta Chocontá; al sur hasta Tibacuy, Fusagasugá y Pasca, límite con panches y sutagaos; al sureste los páramos de Atravesado y Chingaza y los Farallones de Medina delimitaban la frontera natural con los guayupes. En el Interrogatorio sobre el pleyto entre Gonzalo Suárez y Pero Vázquez por los indios de Ycabuco [ca. 1550] (Tovar, 1993,III:173), junto al repartimiento de Bogotá se mencionan Boza, Hontibón, Cota, Machetá, Suesca, Chia, Chocontá, Guasca, Sopó, Guatavita, Ubaté y Symyjaca. 
Reconocimientos arqueológicos realizados en la región del Alto río Guatiquía, en la vía hacia los Llanos, señalan la afinidad del material cerámico local (Guatavita desgrasante gris y desgrasante tiesto) con la tradición alfarera muisca, planteándose la posibilidad de que la región estuvo ocupada por un grupo dependiente de los caciques muiscas, o que se trataba de un territorio independiente políticamente pero ligado culturalmente al mundo muisca (Escobar, 1986:120). Por otro lado, en la Relaciones Geográficas del Nuevo Reino de Granada se afirma que el poder del señor de Bogotá era tan grande, que algunos panches de la ciudad de Tocaima y algunos indios de los Llanos le respetaban y obedecían y le brindaban tributo anualmente (Tovar, 1987:77).
El cacique de Guatavita antes de la expansión del señor de Bogotá era respetado y reverenciado pues le tenían "como a mayor señor y de mayor linaje, sangre y prendas" (Simón, 1981; III:324), por poseer el centro religioso más importante del mundo muisca localizado en la laguna de Guatavita. Al Guatavita se supeditaban los poblados del valle de Gachetá, entre ellos Gachetá, Chipazaque (hoy Junín), Pauso (hoy Gama), Ubalá, Gachalá, Cononesupa, Chipaloque, Gachaca, Guachetepa, Intensipa, Teleguasaque, Tenene, Ubatoque, Fómeque, Sesquilé, Suesca, Chocontá, Machetá, Gachancipá, Tocancipá, Cueca (Cuenca), Teusacá, Guasca, Siecha. Estos límites no eran fijos y dependían de la situación política entre el Guatavita, el Zipa y el Zaque (Pérez, 1990b:3-6; Sáenz, 1995:155). Lo cierto es que Guatavita disponía de una gran variedad de productos por su acceso a diferentes microclimas, entre ellos sal, coca, algodón y oro, motivo de intercambio con sus vecinos por intermedio de comerciantes especializados entre los que se destacaban los de Guasca. En alguna época anterior a la conquista el poder religioso de Guatavita primaba sobre el poderío militar del Bogotá, pues mientras el último lograba juntar más de 30.000 hombres de guerra, el primero solamente 2000, aunque contaba con el apoyo del Ramiriquí. Por esta razón, debido a su supremacía numérica el Bogotá terminó conquistando y avasallando al Guatavita. Juan Rodríguez Freyle (1985:31-34) narraba en 1636:

"Ya quedaba dicho cómo Bogotá era teniente y capitán general de Guatavita en lo tocante a la guerra; pues sucedió que los indios de Ubaque, Chipaque, Pasca, FOSCA, Chiguachí, Une, Fusagasugá, y todos los de aquellos valles que caen a las espaldas de la ciudad de Santa Fe, se habían rebelado contra Guatavita, su señor, negándoles la obediencia y tributos, y tomando las armas contra él para su defensa [...] para cuyo remedio despachó sus mensajes a Bogotá, su teniente y capitán general, ordenándole [...] juntase sus gentes, y con el más poderoso ejército que pudiese entrase a castigar los rebeldes [...] En cuya conformidad, el teniente Bogotá juntó más de treinta mil indios, y con este ejército pasó la cordillera, entró en el valle y tierra de los rebeldes [...] alcanzó la victoria, sujetó los contrarios, trajóselos a obediencia, cobró los tributos de su señor, y rico y victorioso volvióse a su casa".

Posteriormente, el Bogotá se enalteció con esta victoria y al calor de una fiesta de celebración de la victoria y henchido por el clamor de sus súbditos decidió supeditar al Guatavita. Juntó sus hombres y las emprendió contra el Guatavita, quien advertido de las intenciones de su adversario "[...] se alborotó y al punto mandó a sus capitanes hacer dos mil indios de guerra que asistiese a la defensa de su persona [...]" (Ibíd); también solicitó ayuda al Ramiriquí de Tunja. El Bogotá para ese entonces había juntado 40.000 hombres con los que doblegó fácilmente al Guatavita y a sus aliados, haciendo en ellos una gran matanza y atrayéndolos a su obediencia. Con la victoria a sus espaldas, narra Rodríguez Freyle (Op. cit.: 43), que el Bogotá partió del campo de Guatavita con más de 50.000 indios de pelea a enfrentar los ataques de panches por el sur y la entrada de los españoles por la provincia de Vélez.
Como señala el etnohistoriador Eduardo Londoño (1988:26-27) el Zipazgo estaba dividido en varias unidades medias de poderío similar, que tanto Saguanmachica, Nemequene, Tisquesusa y finalmente Saquesazipaque integraron en un dominio que se extendía desde Chocontá hasta Fusagasugá; convirtiendo al señor de Bogotá en un jefe muy poderoso, máxime cuando existían profundas diferencias entre el Tunja, Duitama y Sogamoso, lo que les impedía conformar una sola unidad política. La aparición de las huestes españolas impidió este proceso de integración político-militar que pudiese haber finalizado con la extensión de los dominios del Zipa.
El territorio de la confederación de Bacatá era tierra fría, aunque no era tierra de sierras, doblada, sino más bien llana y se extendía por un valle. Generalmente, era sana, poblada de robles, cedros, nogales alisos, buenos para madera. Había abundancia de árboles frutales, maíz, raíces, fríjoles y "[...] alguna coca que traen y siembran en algunos valles calientes que alcanzan; en los cuales asimismo se les da mucha diversidad de frutas que ellos tienen [...]" (Patiño, 1983:65). Venados había en abundancia, especialmente en un vedado del señor principal de Bogotá, pero existía veda estacional sobre su consumo. Las rozas y sementeras estaban a la puerta de su morada, y, por esta razón, las poblaciones estaban separadas unas de otras, aunque las que se extendían por la sabana de Bogotá casi estaban en forma de pueblo, y "[...] las sementeras en este valle algunos años previenen se prestó los indios con sembrar en la tierra caliente que alcanzan y en el entretanto que se coge se sustentan con papas [...]" (Ibídem). En los términos de la ciudad de Santafé de Bogotá había una gran diversidad de fuentes de agua salada que explotaban para obtener sal comestible. En las fuentes lacustres y fluviales se obtenía un pescado sin escamas, como anguilas, y muchos cangrejos.
El Zaque, cacique de Hunza, extendía sus dominios absolutos sobre los valles cercanos a Tunja. Hacia el occidente abarcaba los valles de Cucaita y Sora; hacia el sur los valles de Tenza, Garagoa y Somondoco. Al respecto afirmaba Fernández de Piedrahita (1942, I: 91-92):

"Cíñenla dos colinas rasas, una a la parte de oriente, donde habitan los chibataes, soracaes y otras naciones que se extienden hasta la cordillera que divide los llanos de San Juan de lo que al presente se llama Nuevo Reino; la otra al occidente, llamada la Loma de los Ahorcados... o cuesta de la Laguna, por el valle que tiene a las espaldas... donde hay un gran lago y en que habitan las naciones de los tibaquiraes, soras, cucaitas... furaquiras y otras que por el mismo rumbo confinaban con las tierras de los caciques de Sáchica y Tinjacá, señores libres y de la provincia... donde está fundada la Villa de Leiva. Al sur de las dos colinas, cinco leguas distante, tenía su estado el cacique Turmequé, señor poderoso y sujeto al Tunja... y aunque todas aquellas tierras son ásperas y dobladas, por ser tan fértiles las ocupaban muchas naciones, como son los boyacaes, icabucos, tibanaes, tenzas y garagoas, y al norte era señor de los motabitas, sotairaes, tutas y otros muchos, hasta confinar con el Tundama, señor absoluto y poderoso [...] A estos términos y calidades se reducían el señorío y estados del Tunja [...]".

Tenía gran diversidad climática, "[...] llena de valles y cerros, y los valles son llanos, unos templados y otros calientes; son muchos de ellos fértiles y de la mejor tierra, pero en menor cantidad que la alta de cerros y cuestas, que esta es mucha y no del todo estéril [...] es el temple más sano que enfermo, respecto de la sequedad, y más sano es cuando llueve o está el cielo cubierto de nubes, de manera que el sol no pueda estar, y lo mismo es en los frutos, que se dan mejor en los tiempos lluviosos y nublados que en los claros, que es cuando el sol y hielos los dañan [...]" (Patiño, 1983:339). Estaba rodeada de importantes manantiales (Soya y Aguayo) y fuentes fluviales (Chicamocha y Sogamoso) y lacustres (Tinjacá o Fúquene y Guáquira o Tota) que proporcionaban variedad de peces (capitán, sardinatas, bagre), patos y agua potable de buena calidad. Al norte existían varias fuentes saladas que proporcionaban sal comestible. En sus tierras crecían árboles que suministraban maderas, animales de monte, aves, frutas, hortalizas, yerbas y flores que brindaban lo suficiente para el sustento nativo. Los indios de esta provincia que vivían en tierras calientes cultivaban algodón, coca y tabaco que intercambiaban con los de tierras frías. 
Existían territorios independientes que ocasionalmente se supeditaban al dominio del Zaque, pero dependiendo de su poderío y lejanía del centro del poder político podían asumir posiciones evidentemente independientes. Tundama (Duitama), por ejemplo, sobresalió por su lucha de independencia ante vecinos y españoles. Al respecto comentaba Pedro Simón (1981, IV: 105):

"Fue siempre el cacique Tundama o Duitama, tan valeroso, que en él parece se había encerrado toda la dificultad de la conquista y pacificación de los indios de la provincia de Tunja. Pues estuvo con muchas rebeldías hasta muchos días después que los demás estaban ya pacíficos. Y así fue necesario tomar de propósito para que él lo estuviera, el conquistarlo [...] aunque siempre con determinación, por ser tan belicoso, de defenderse y no reconocer a nadie vasallaje".

De aquí, se deduce que si el indómito Tundama no se doblegó ante los españoles, mucho menos lo hizo ante sus vecinos muiscas, menos poderosos. Sin embargo, se encontraba en la zona de influencia de la provincia de Tunja, quizá mediante el sometimiento a la supremacía numérica y bélica del Zaque. Junto al repartimiento de Duitama en el Interrogatorio sobre el pleyto entre Gonzalo Suárez y Pero Vázquez por los indios de Ycabuco [ca. 1550] (Tovar, 1993, III: 174) se mencionan Honzaga, Turmequé, Sachica, Saquençipa, Subta, Monquirá, Sora, Cuqueyta, Toca, Guacheta, Le(n)guasaque, Garagoa, Ubeyta, Chiramyta, Tibasosa, Totaguaquira (pueden ser Tota y Guaquira), Vaganique, Boza, Macheta y Chocontá. A Duitama se supeditaban Cerinza, Chitagoto, Paipa, Soatá, Onzaga, Susacón y otros pueblos (Falchetti, Plazas, 1973:43; Gacha, Guacha, Ocavita (probablemente Sativanorte), Paypa, Soatá y Onzaga, Suta, Betéitiva (a veces tributaba al Sogamoso), Oytivá, Baysa, Bneto, Bonza, Coguaya, Connba, Cupa, Cuyaquirá, Chequearque, Chicamocha, Faytiva, Gámeza (probablemente Ganza), Guachetá, Icabuco, Latapa, Litopaya, Tobara, Mocha, Monra Gatonda, Muchicán Tobano, Nengore, Ocheto, Patería, Paypativa, Saquencipa, Sativa, Sisa, Sisatunja, Socotá, Socha, Soquirá, Suitoto, Susa, Tagasa, Tasguato, Tuequito, Tibabita, Tibaco, Tibativa, Tirque, Tirasa, Tobana, Tocanta, Togabía, Tonnsa, Tuchaga, Turora, Lupachoque (Tupachoque?), Tutasá (Tirasa?) (Jara, Sotomayor, 1989:187). La lengua duit que allí se hablaba se trataba de un chibcha bastante diferenciado (Ortiz, 1965:47).
Soatá, ubicado en un valle sobre el río Chicamocha, era considerado uno de los repartimientos más importantes no solamente de la provincia de Tunja, sino de todo el mundo chibcha, pues era un poblado fuerte al ser la puerta de entrada al territorio muisca; se sembraba coca en abundancia, de vital trascendencia en el comercio prehispánico; y por la fertilidad de sus tierras, muy buenas para la cría de ganado y la siembra de cereales (Tovar, 1993, III: 181). Es probable, entonces, que su acceso fuese disputado por varios grupos étnicos.
Por su parte, aún no se ha establecido el nivel de independencia de Sogamoso, supremo agorero y cabeza de los jeques, señalado por su gran importancia religiosa entre los muiscas por encontrarse allí el denominado templo del sol, su principal centro religioso. De acuerdo al cronista Juan de Castellanos (1997) el Tunja recibió ayuda del Sogamoso en su lucha contra el Bogotá con más de 12.000 hombres de guerra valientes, para enfrentar a Nemequene; de esta manera figuraría como aliado y no como sujeto al Tunja (Londoño, 1992:9). A Sogamoso se sujetaban Betéitiva (a veces tributaba al Tundama), Bombazá, Busbanzá, Coasá, Cosquetivá, Cuítiva, Chámeza, Chipa, Chusbitá y Sagara, Chipatá, Chuymite, Cominitochoque, Cravo Labranzagrande, Firavitoba, Gámeza, Gómeza, Guáquira, Manbesa, Mongua, Mona, Monguí, Monquirá, Ochicá, Pesca, Pisba, Soaca, Sogotá (Socotá?), Suscón, Totoya, Tirintobasya, Tibasosa, Tocaaca, Tópaga, Topaya, Tutarasgo, Tutasipa, Yscote, Osamena, Tasco, Toca, Tota (Tovar, 1980:22; Falchetti, Plazas, 1973:62; Ramírez, Jara, 1989:186). Hacia el norte se pudo extender hasta Jericó, aunque en esta región no está clara la delimitación entre muiscas y laches (Pérez, 1997). 
En las Relaciones Geográficas algunos pueblos laches (Guacamayas, Panqueva, Cocuy, Cochavita, Chiscas, Chita, Ura, Cheva, Chusbita) fueron incluidos dentro de la Provincia de Tunja con el fin de tasar el número de tributarios (Tovar, 1987:87-88), lo que señala las buenas relaciones entre Tunja, Sogamoso y los laches, pues los españoles no fusionarían ni enemigos ni poblaciones culturalmente disímiles. Los cronistas resaltaron las "[...] buenas correspondencias que siempre había tenido con el Tunja [...]" (Simón, III: 434).
Otros pueblos como Saquencipa, localizado en la jurisdicción de Villa de Leyva, Sáchica y Tinjacá eran señores libres (Tovar, 1970). Falchetti y Plazas (1973:7-8) añaden los caciques de Moniquirá, Ráquira, Sutamarchán y Chiquiza. Por su parte, Londoño (1987) agrega Samacá, Sora, Saquenzipa, Gachantivá y Sorocotá. Chiquinquirá, considerado también independiente, gozaba de una privilegiada posición estratégica por la cobertura de climas cálidos, templados y fríos, lo que le brindaba el acceso a una gran variedad de productos. Habría que definir el carácter independiente de estos caciques. Lo cierto es que antes de la llegada de los españoles el territorio muisca era un mosaico de cacicazgos de regular tamaño integrados por el Tundama (Duitama), Sogamoso, Hunza (Tunja), Saquenzipa, Monquirá, Ubaté, Guatavita, Guasca, Bacatá (Bogotá), Ubaque y Fusagasugá; riñendo los datos etnohistóricos con los arqueológicos (Londoño, 1992:12). Todo el territorio se encontraba fragmentado en unidades de tamaño medio, con poderío local, de intereses rentistas que trataban de beneficiar a sus propias localidades y se apegaban a aliados estratégicos en la medida que se agudizaban las contradicciones entre los grupos enemigos. Al incrementarse el poderío económico, político, militar y demográfico de algunas regiones como Bogotá, las localidades menores se fueron integrando con las mayores. Así, la elaboración de un mapa de distribución de las comunidades chibchas de los andes orientales, hacia la llegada de los españoles debe tener en cuenta la flexibilidad cronológica, espacial y cultural de sus fronteras. Para nuestro caso hemos simplificado el mapa aproximado de distribución de las comunidades chibchas hacia la llegada de los españoles, teniendo en cuenta las propuestas de Falchetti y Plazas (1973), Ramírez, Jara (1989), Londoño (1988, 1992) y recientes resultados arqueológicos y etnohistóricos (Moreno, 1992; Pérez, 1997)(Mapa No. 3). 
Por esta razón se colige que el proceso de surgimiento y consolidación de la sociedad muisca no fue homogéneo por la gran diversidad de poderes locales. Las dos confederaciones más fuertes, Bacatá y Hunza, eran muy diferentes como bien lo explica fray Pedro Simón en sus Noticias Historiales (1981, IV: 158):

"[...] no solamente eran diferentes en los ánimos, trayendo sangrientas guerras entre los dos [...] sino también en las len-guas, porque aunque convenía en algunos vocablos, eran tan pocos que se enten-dían muy poco los unos de los otros [...] no tenían lengua común en sus tierras sino que cada pueblo hablaba con su idioma diferen-te [...] Si lo tenían de ventaja los bogotaes que se entendía un poco más su lengua, pues se hablaba en toda la sabana que ahora llamamos Bogo-tá [...] en saliendo de la sabana y sus pueblos a cualquier parte, comienzan mil diferencias [...] y cuanto más se van desviando de ella, mayores van siendo las diferencias hasta venirse a no entender unos a otros".

Los estudiosos de las lenguas chibchas en el siglo XVI advirtieron la diversidad de dialectos que se hablaban en el altiplano cundiboyacense, lo que dificultaba su aprendizaje. El lingüista Sergio E. Ortiz (1965:46) cita una réplica de fray Diego Malo de Molina al arzobispo fray Luis Zapata de Cárdenas:

"Es imposible que verdaderamente la sepan por ser diferentes lenguas, y en un valle suele haber dos o tres lenguas, y en otros valles lo mismo, de manera que si algún clérigo sabe en alguna manera parte de la lengua Bogotá, no saben la del rincón de Suesca, ni Nemocón".

Empero, en la Relación de Popayán y del Nuevo Reino de 1559-1560 se afirma que a pesar de haber mantenido guerras entre los caciques de Tunja y Bogotá, lo que los obligaba a sostener guarniciones en los confines de sus tierras al mando de un capitán general, que procuraban atraer y sujetar cada uno lo que podía, no obstante, "[...] son los señores y caciques desta ciudad y los naturales, de la misma suerte y trato y manera de vivir y ritos y ceremonias que los de Santa Fe, sin haber diferencia ninguna [...]" (Patiño, 1983:72). Pero se subrayan las diferencias climáticas entre ambas provincias. La de Tunja, por ejemplo, tenía más valles calientes donde se daba algodón con el que hilaban y tejían mantas. También era más numerosa en todos los mantenimientos y en naturales.
Desde el punto de vista ecológico las sociedades chibchas descritas se especializaron en la explotación del sistema andino, desde las partes altas del ecosistema del bosque subandino (1000-2300/2500 msnm), hasta el ecosistema andino (2300/2500-3200/3500 msnm); aunque en determinadas temporadas explotaban las cotas bajas del sistema subandino a su alcance, el cual compartían con sus vecinos. Sus vecinos empleaban una práctica similar, pues además de explotar ambientes de tierras cálidas aprovechaban los recursos de climas más templados. Algo similar ocurre con los u'wa (Osborn, 1995) y sucedía con los guayupes. El territorio de estos últimos participaba tanto de los altos de la cordillera como de lo bajo de los llanos, porque "[...] desde donde el pueblo (San Juan) está puesto, para arriba está toda la serranía que cuelga y depende de la cordillera, donde toda la más de esta gente Guayupes están poblados, la cual es tierra no muy escombrada ni rasa, porque partes tiene y cría en sí grandes montañas, y a partes sabanas [...]" (Aguado, 1956, I: 587). La zona de transición o efecto de borde entre dos ecosistemas, denominada ecotono, constituía un ambiente bastante propicio para el hábitat por cuanto las poblaciones se beneficiaban de los aportes de ambos biomas, pero representaba al mismo tiempo una zona de permanente conflicto por su acceso. 
En cuanto las prácticas fúnebres los cronistas incluyen prolijas descripciones pues los conquistadores fueron los primeros guaqueros del país y su avidez de oro les condujo al saqueo de cuanta tumba localizaban. Fray Pedro Simón (Op. cit., III: 327) relata que a los muertos se les enterraba con sus "[...] comidas y bebidas, armas, vestidos y telas con que hacer otros en rompiéndose aquellos con que los enterraban". El oro del difunto no lo enterraban con el cuerpo sino arriba, en la superficie de la tierra, conque lo cubrían con sólo una cuarta de tierra encima, como se estilaba en la provincia de Tunja. Simón (Op. cit.: 256) anotaba:

"De este modo hallaron /los españoles/ en una sepultura de una casa antigua y despoblada, que debió ser de algún principal señor, una mochila algo prolongada, hecha de palma, cosida la boca con un hilo macizo de oro, toda llena de tejuelos de oro, que venía a pesar todos dos mil libras de oro fino".

Se dice que esta riqueza era poca comparada con la de los caciques principales, como posiblemente sucedió con el de Tunja, cuya riqueza se arrojó según las leyendas al pozo de Donato. A los principales se les momificaba y colocaba en cuevas y se les ofrendaba majestuosamente con oro, esmeraldas puestas en ojos, narices, orejas, boca y ombligo, acompañados de sus mujeres y siervos (Op. cit. 406-407):

"Eran varios los modos con que enterraban los difuntos, porque a los reyes y caciques de ordinario les sacaban las tripas e intestinos en muriendo, y con una resina que llamaban mocoba, que se hacía de unos higuillos de leche pegajosa y otras cosas con que la mezclaban, embalsamaban los cuerpos y después de llorados en sus casas seis días, los enterraban en unas bóvedas o cuevas que tenían ya hechas para eso, envolviéndolos en mantas finas, poniéndoles a la redonda muchos bollos de su maíz y múcuras de su chicha, sus armas, que eran las que muchas veces hemos dicho, y en la mano un pedazo o tiradera hecha de oro [...] A los reyes bogotaes, demás de lo dicho, metían el cuerpo en un tronco de palma con cabo, según la estatura de cada uno, forrado de dentro y fuera de gruesas planchas de oro fino, cubiertas con otra de lo mismo, de donde tomó fuerzas la fama para decir que los bogotaes se enterraban en ataúdes de oro [...] Otros secaban los cuerpos de sus difuntos a fuego manso en barbacoas, y en otras las ponían dentro de bohíos que tenían dedicados como para entierros".

Al pueblo raso se le enterraba en los campos solamente envuelto en una manta, sobre cuya sepultura plantaban un árbol para deslum-brar el sitio. La mayoría de enterramientos excavados en la sabana de Bogotá se caracterizan por ser de fosas rectangulares con el cadáver en decúbito dorsal y miembros extendidos (Correal 1974; Botiva, 1988). En otras los cuerpos se colocaban en posición fetal sedente (Boada, 1987; Pradilla et al. , 1992).
Recientes estudios paleodemográficos del cementerio de Soacha (Rodríguez, 1994b) y reconocimientos arqueológicos regionales de los valles de Fúquene y Susa (Langebaek, 1995), demuestran que la densidad demográfica en las áreas estudiadas era muy baja, especialmente durante el período Muisca temprano (siglos IX a XII d. C.), intensificándose en el período tardío (siglos XIII a XVII d. C.), acercándose a la capacidad de carga pero sin superarla. Por consiguiente, se puede prever que no existían serias dificultades en cuanto a niveles tróficos de obtención de recursos alimenticios, ni altos niveles de degradación ambiental para esas regiones, excluyendo quizá los sitios de asentamiento estratégico defensivo, por ejemplo, las islas sobre las lagunas, y los sitios de obtención de materia prima para la industria alfarera (Guatavita, Sutamarchán, Villa de Leyva). La baja densidad demográfica para toda el área chibcha, cercana a los 20 a 30 habitantes por km² permiten, en general, hacer una aproximación en buena parte de la Cordillera Oriental.
Si apreciamos la gran extensión territorial ocupada por los muiscas, cercana a los 20.000 km² de acuerdo a Guillermo Hernán-dez (1987); cerca de 30.000 km² si se incluye a los chib-chas de la Cordille-ra Oriental, cuya delimitación geográ-fi-ca no se demar-caba por amurallamientos naturales; la relativa-men-te baja densi-dad de población acompañada de un patrón de asenta-miento disper-so; la variedad de microclimas y la posibi-lidad de explota-ción estacio-nal de diferentes pisos térmicos, se evidencia una gran diferenciación cultural, en la que se mante-nían estre-chos contactos culturales sin que se perdieran sus particularida-des regionales. La heterogeneidad cultural y lin-güística condi-cionó en gran medida la ausencia de un poder centralizador único que consolidara la estructura económica, política, militar y religiosa sobre toda la Cordillera Oriental. Sin embargo, dadas las rivalidades entre Tunja y los caciques de Saboyá, Duitama, Sogamoso y Guatavita, además de la mayor homogeneidad de la Sabana de Bogotá, y el hecho de que esta última confederación impulsó un proceso de expansión política, es probable que en un amplio período hubiera finalizado con la asimila-ción de las confederacio-nes vecinas de Hunza, Sogamoso y Tundama, inte-rrumpido por la conquista españo-la.
Referente a las enfermedades padecidas por los naturales de estas provincias en las Relaciones se afirma que, "[...] las enfermedades más ordinarias son romadizos fáciles, ventosedades, dolores de costado, mal de orina, y mal francés, ocasionado más de vicio que de naturaleza de la tierra" (Op. cit.: 340). 
En cuanto a los conflictos bélicos sostenidos intralocal e interlocalmente se dice que mantenían guerras por la parte de los llanos con "[...] muchas gentes bárbaras que habitan en ellos, unas a modo de alabares que no paran mucho tiempo en un lugar, y otras que tienen poblaciones de asiento; pero la guerra no es más de tenerlos en frontera, pero nunca hacen daño si no los van a buscar" (Op. cit. : 363). Al norte mantenían guerras con los yareguíes y al occidente con los muzos, colimas y panches. Las rivalidades con los muiscas de otras confederaciones aunque no eran tan sangrientas como con otros, exigía no obstante, de cierta asignación de recursos para su salvaguarda.
En resumen, las sociedades prehispánicas de la Cordillera Oriental, especialmente la muisca, fueron el fruto de un arduo proceso de complejización de sus estructuras, partiendo por los primeros plantadores tempranos que se asentaron hace varios milenios, hasta las complejas sociedades agroalfareras que observaron los conquistadores españoles a finales del siglo XV. Este proceso milenario condujo al conocimiento de un rico medio ambiente que permitió la domesticación de variadas plantas y de algunos animales.
En estas circunstancias, no es de sorprender, que la productividad de sus economías era de tal magnitud que permitía la acumulación de excedentes alimenticios, suficien-tes para sostener sistemas de almacenamien-to que proveyeran de lo necesa-rio a la alta jerarquía, a los artesanos especializados, guerre-ros locales y mercenarios, desvinculados del sistema de produc-ción agrícola. La explotación de diversos ecosistemas a nivel altitu-di-nal contribuyó igualmente a mejorar los sistemas de abasteci-miento. Como lo subrayan enfáticamente la mayoría de investigadores, las comunidades chibchas de la Cordillera Oriental eran autosuficientes en cuanto la producción de alimentos, intercambiaban productos según lo cultivado en distintos pisos térmicos - coca, algodón y yuca en los cálidos por papa, arracacha y batata en los fríos -, siendo abrumadora la importancia del maíz que se cultivaba en casi todos los biomas (Langebaek, 1990:145).
Desde el punto de vista genético cabe esperar alto grado de homogeneidad intragrupal entre los chibchas (muiscas, laches, guanes, chitareros) dado el patrón de matrimonios exogámicos intralocales pero endogámicos en sentido interlocal; diferencias morfológicas entre los muiscas del norte y del sur, especialmente, entre los primeros (Tunja, Duitama, Sogamoso) por la gran variedad cultural y la fragmentación política; similitudes entre muiscas del norte y laches por los contactos religiosos; diferencias entre guanes y sus vecinos chibchas por las barreras geográficas; diferencias muy marcadas entre los grupos chibchas y sus vecinos caribes del Valle del Magdalena y los arawaks de los Llanos Orientales por las permanentes confrontaciones bélicas
A pesar de las diferencias ecológicas, lingüísticas, culturales y somáticas entre los chibchas, se pueden citar algunos aspectos comunes: 1. Los asentamientos se seleccionaban según el dominio estratégico del paisaje y sistemas defensivos; 2. Se buscaba el acceso a recursos hídricos que servían como ejes del sistema de comunicaciones; 3. Control de varios pisos térmicos para allegar a diversos productos agrícolas. El desarrollo cultural se puede dividir en dos grandes períodos: uno temprano, hasta el siglo XII d. C., de baja densidad demográfica, y uno más tardío a partir del siglo XIII d. C. caracterizado por un incremento poblacional, mayor complejidad social y momificación para la alta jerarquía como principal distintivo de estatus. El surgimiento de este último período coincide con fuertes cambios climáticos que redujeron las zonas de inundación, ampliando las áreas de cultivo en fértiles suelos anteriormente anegados, facilitando la extensión territorial. Este fenómeno ecológico aunado a la creciente complejización social condujo a la ocupación de valles formados por antiguas lagunas

HISTORIA DE QUETAME


Escudo de QUETAME
NUESTRO ESCUDO
  • Su cuerpo se encuentra formado por la bandera municipal y por lo tanto posee cada franja las mismas dimensiones y significado.,
  • En la parte superior, sobre su cuerpo se encuentra entre un círculo azul que representa el mundo, la corona de la virgen de Chiquinquirá patrona de la región, al lado unas ventanitas (vitrales), la libertad de culto, encima de la corona una cruz señal sagrada y sus puntas en forma de lanza significando proyección.
  • En la primera faja de color rojo se encuentra un pentagrama, alegórico a su cultura musical.
  • En la segunda de color verde, un libro abierto que exalta la cultura educativa.
  • En su tercer franja de color blanco, la planta de Sagú y un arado, que representan la parte agrícola de vital importancia.
  • En la parte final y externa, una cinta dorada con la fecha de la fundación del municipio. Autora: Blanca Hilda Baquero.
Bandera
Bandera de QUETAME

La primera de color rojo, ocupa el 25% de su área y simboliza la flor de Sagú.
La segunda de color verde, ocupa el otro 25%, representando las hojas y tallos del Sagú.
La tercera que ocupa el cincuenta por ciento de su dimensión, es de color blanco y significa la raíz de Sagú de donde se extrae el almidón que luego se comercializa.
Cabe destacar que el Sagú es una planta que cultivan y la que se constituye en base de la economía de sus habitantes.
Himno
Autor: Dìdimo Cubillos
Audio:
Letra:
Coro
Salve Quetame glorioso
cuna de egregia hidalguía
Dios te guarde victoriosa
y en tus campos reine la paz.
I
De vuestra raza su huella tinta
la pluma del escritor,
sangre de linaje, madre Chibcha
tierra de lucha y de tesón;
tus hijos cantan y por ti claman
cual la semilla al germinar
nace incrustado como perla,
brilla en los Andes como el sol.
II
Pueblo de nobles y de valientes,
nos legaron con amor
el coraje y la sabiduría
de tan loable fundador;
en tus agrestes y arduas montañas
brotan frutos que en el sudor,
bañan oh vuestra labranza,
que en laureles coronó.
Historia
Nombre del/los fundador (es):Josè Joaquin Guarin
Reseña histórica:
El municipio es de origen indígena. QUETAME en la lengua chibcha quiere decir "Nuestra Labranza del Monte". Sus primitivos pobladores eran descendientes del cacique chibcha Ubaque que dominaba la región del oriente. En la visita del oidor Miguel Ibarra a Cáqueza y Ubatoque, en noviembre de 1.594, figuraba la capitanía de QUETAME en el cacique o capitán Pedro Quetame, mayor de 60 años. 

QUETAME fue fundado el 26 de junio de 1.826, por el reverendo padre José Joaquín Guarín en Quetamito, lugar que se incendio debido a que sus casas eran de bahareque y paja, la población fue destruida en su totalidad por las llamas, situación que obligó al traslado al sitio actual, en el terreno donado por Don Ezequiel Castro. La categoría de municipalidad se dio al hecho de haber sido distrito parroquial en el año 1.832 a solicitud de su fundador ante el Gobernador de Cundinamarca. Posteriormente pQUETAME fue fundado el 26 de junio de 1.826, por el reverendo padre José Joaquín Guarín en Quetamito, lugar que se incendio debido a que sus casas eran de bahareque y paja, la población fue destruida en su totalidad por las llamas, situación que obligó al traslado al sitio actual, en el terreno donado por Don Ezequiel Castro. La categoría de municipalidad se dio al hecho de haber sido distrito parroquial en el año 1.832 a solicitud de su fundador ante el Gobernador de Cundinamarca. Posteriormente por la Ley 12 de Agosto de 1.868, la Ordenanza 19 de 1.894 y del decreto ejecutivo 1.120 de 1.907 se delimitó su actual comprensión geográfica.

Antes de la creación del municipio de QUETAME, la parte de la banda derecha del Río Negro, era jurisdicción del municipio de Fosca, y la de la banda izquierda a Fómeque y Cáqueza, y el resto eran terrenos baldíos.
Geografía:
Descripción Física:
La cabecera municipal se localiza a los 04°19´59´´ de latitud norte y a los 73°51’56´´ de longitud al oeste de Greenwich y a una altitud de 1.560 m.s.n.m. El municipio posee desde una topografía quebrada a muy quebrada. Dentro de los principales accidentes geográficos ubicados en la cordillera Oriental, se destacan los páramos El Atravesado y Las Burras; las lomas Granadillo, Jabonera, Las Mercedes y Santuario; el Cerro Algodonal y las Cuchillas Guamal y Portachuelo. Lo bañan los ríos Contador, Negro y Sáname. En cuanto a población, la proyección censo DANE 2.004 establece que la mayor población está concentrada en el campo así: el 80% (5.227 habitantes) es población rural y el 20% (1.337 habitantes) se encuentran en la cabecera municipal. Las actividades principales del municipio son la agricultura (cultivo de fríjol, sagú, maíz, arveja, arracacha, etc.),
Límites del municipio:Limita al norte con el municipio de Fómeque, al occidente con Fosca y Caqueza, al oriente con el departamento del Meta y al sur con el municipio de Guayabetal.
Extensión total:138.47 Km2
Extensión área urbana:0.29 Km2
Extensión área rural:138.17 Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar): 1496
Temperatura media: 18º C
Distancia de referencia: 62 Km
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Ecología:
Economía:
AGRICULTURA
La economía del municipio depende fundamentalmente de la agricultura teniendo como producto mas representativo el Sagu, también figura la ganadería en una menor escala. El mayor porcentaje de la población económicamente activa se desempeña en labores agrícolas aunque gran parte de éstos son jornaleros cuyo empleo depende de la época de cosecha. Dada la topografía muy pendiente en gran parte del municipio, el desarrollo de labores mecanizadas se torna muy difícil. La producción se realiza a pequeña escala. Debido a los marcados cambios que se producen entre épocas de invierno y verano, es necesario cambiar el tipo de cultivo a desarrollar, e incluso en algunos casos se suspenden las actividades agrícolas en invierno para pasar a actividades pecuarias. En el municipio se distinguen claramente tres periodos de producción agrícola los cuales reciben el nombre de Cultivos de Riego (Octubre - Febrero), Cultivos de Año Los cultivos que más se destacan en el municipio son sagú, maíz, fríjol, tomate y arveja; aunque también se cultiva café, arracacha, plátano, pimentón, papa, yuca, etc. Se llevan a acabo cultivos de frutales como mora, lulo, tomate de árbol. EL producto insigne del municipio de Quetame es el Sagú por lo cual desde hace tiempo se ha tratado de implementar la organización para la producción y comercialización de este producto sin lograrlo hasta el momento es de anotar que dicho producto es de vital importancia dentro de la economía agrícola por lo cual seria importante poder contar con recursos para darle el desarrollo que este producto requiere. A pesar de la gran variedad de productos el municipio no cuenta con una organización apta para el manejo de los mismos por lo cual es de gran importancia lograr crear sistemas de Microempresas asociativas de trabajo para darle un respaldo al campesino en la producción y comercialización de los productos.
GANADERIA
En el municipio se viene presentando un fenómeno de cambio de actividad agrícola a pecuaria, no solo por los bajos costos que representa el mantenimiento de los animales sino también por la falta de facilidades de crédito y la imposibilidad de pago de las deudas ya contraídas. A nivel general la especie más importante es el criollo, en cruces como Cebú, Normando y Criollo. En esta actividad se requiere el mejoramiento de las razas para mejorar la productividad, tanto en la producción de leche como en carne. Existe también aunque en menor escala la producción porcícola, la cual se realiza sin ninguna clase de tecnología.
AVICULTURA
La avicultura esta tomando un gran impulso en el municipio, día a día son mas las familias que ingresan a esta actividad, y en una menor escala los pollos de engorde.
Aves de Postura 75 %
Población 25000
Aves de Engorde 25 %
Población 8000
Total de Pobleaciòn 33,000
COMERCIO
Se desarrolla en los establecimientos que proveen productos de la canasta familiar, los productos agrícolas en el Centro de Acopio sin terminar y el ganadero los días Domingos en la calle, porque no existe una plaza de ferias adecuada. Es de gran importancia el proyecto del puesta en marcha del nuevo Centro de Acopio, ya que actualmente en el concentra toda la comercialización de los productos agrícolas de la región. Otra fuente de ingresos propios y de actividad comercial es la existencia de dos pequeñas estaciones de servicio, de las cuales una no le genera recursos al municipio por lo cual seria de vital importancia la creación de una nueva sobre la vía nacional en el casco urbano de Puente Quetame, pues esto generaría un apoyo notable en la economía municipal.
INDUSTRIA
No existe actividad industrial en el municipio ni de gran escala ni de microempresas por lo cual se hace necesario un apoyo fuerte en la formación educativa para la creación de PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas) así como en el apoyo a la comercialización de los productos que estas puedan llegar a generar. En este sector se denota la necesidad de abrir nuevos campos productivos, que permitan la generación de empleo y el mejoramiento de los ingresos de la población.
Vías de comunicación:
Aéreas: No existen
Terrestres:
La vía más importante del municipio (Puente Quetame - Quetame), que comunica la cabecera municipal con la vía al llano tiene una longitud aproximada de 2.3 Km., se encuentra en perfecto estado ya que fue pavimentado recientemente.    
  Cooperativas de Transporte  Veredal                                 
 COOTRANSCOORDILLERA.